El amor, ¡qué tema tan recurrente en películas, obras de teatro e incluso novelas! Frecuentemente tratado en la cultura popular, el amor es una emoción humana y es considerado como uno de los procesos más relevantes para nuestra especie. Hay diversas acepciones del amor: amor compañero, amor romántico, amor pasional, amor familiar…
A pesar de su relevancia, el amor no ha sido considerado objeto científico hasta ya avanzada la década de los 60 y, en especial, en los años 70 (Sangrador, 1993; Yela, 2002), si bien es cierto que en España su estudio fue más tardío, pues se inicia en la década de los 80 y se profundiza en su análisis, sobre todo, en los 90.
Gracias al amor se descubren facetas personales que, sin él, no llegaríamos a conocer.
Ahora nos vamos a centrar en dos parejas: la pareja formada por Irene y Xavi, y la formada por Carlos y Amparo. Cuatro personas con diagnósticos en salud mental que han decidido compartir sus historias de amor.
Irene y Xavi son pareja desde hace tres años y medio.
Ella, que ha cumplido 34 años, tuvo su primer diagnóstico a los 26: TOC. Su situación fue empeorando y su vida cambió. A través de un seguimiento médico, se llegó a un diagnóstico de esquizofrenia paranoide, que ahora se encuentra en una situación de estabilidad. La medicación es muy importante en su rutina. Pero Irene echa de menos trabajar y recuerda con cierta añoranza a aquellas amigas que dejaron de serlo cuando les explicó su diagnóstico. Hoy día aún le cuesta explicar su historia por miedo a volver a pasar por la misma circunstancia y a sentirse juzgada. Xavi, por su parte, también está en un proceso de salud mental. Ella cree que el hecho de que Xavi también tenga un diagnóstico en salud mental hace que se sienta más comprendida.
Amparo y Carlos son pareja desde hace seis años y un mes.
Carlos tiene 47 años. En julio de 2006 le fue diagnosticado un trastorno bipolar, trastorno que antes se conocía como «maníaco-depresivo». Para alcanzar su estabilidad, tuvieron que pasar dos años desde su primer diagnóstico. Según sus propias palabras, Carlos segrega litio que es comparable a la insulina en las personas con diabetes. Cuando hay ausencia de litio, Carlos está muy eufórico, y cuando está bajo de ese litio, no quiere hacer nada y se puede decir que está depresivo. La medicación hace que Carlos se encuentre estable, por eso es muy responsable con su pauta médica.
Carlos opina que cuando la gente de verdad escucha con atención su historia, es capaz de empatizar con él y su situación. Hipotetizando sobre el amor, asegura que no cerraría puertas a una relación con una persona sin un diagnóstico en salud mental, pero cree que sería más complicada la comprensión en la pareja.
Carlos e Irene tienen claro que la mayoría de la gente los juzga sin saber y que sus pensamientos se sustentan en estigmas y prejuicios, que derivan en etiquetas.
Ambos consideran que es muy importante el respeto en la pareja. Irene remarca que, si no te respetan, no merece la pena seguir con la relación. Carlos, a su vez, subraya que es muy importante respetar a la otra persona, y que desgraciadamente no todo el mundo lo hace. Coinciden en que, para poder querer bien a alguien, primero te has de querer a ti mismo y no olvidarte de seguir haciéndolo en el trascurso de la relación.
Aunque aún no conviven, ambas parejas tienen planes de futuro, similares en un mismo punto: cuentan con el servicio de asesoramiento y gestión del hogar de la Fundació Lar. Irene considera necesario este apoyo para su independencia en pareja y tiene pendiente hablar con el trabajador social para solicitar el servicio, pues su objetivo es irse a vivir lo antes posible con Xavi.
Carlos ya vivía solo antes de su enfermedad. Actualmente reside en la casa familiar, pero está deseando acabar unas obras en otra vivienda para poder mudarse allí con Amparo. A pesar de tener nociones básicas de cocina y hábitos de higiene del hogar, tanto con él como su madre («recoge esto», «limpia lo otro» …) estiman preciso el apoyo de la Fundació Lar.
Antes de tener pareja, Carlos pensaba que sería el típico soltero de oro, ya que él mismo, a raíz de su diagnóstico, se había convencido de que no podría tener una relación sentimental estable. Hasta que hace ocho años se cruzó en su camino Amparo. Empezaron siendo muy buenos amigos, pero se gustaron tanto que al final surgió algo más.
Antes de la COVID-19, sus actividades preferidas consistían en dar paseos, tomar un café y compartir otros momentos con sus amistades de la residencia, especialmente partidas de dominó. Ahora, de momento, se tienen que conformar con jugar al parchís online y mantenerse en contacto mediante video llamadas, tanto ellos dos solo como con familiares y amistades. Carlos asegura que a Amparo le encantaría la actividad de la coral que ofrecen en el Club Social Torrassa.
Irene se siente muy afortunada al haber encontrado a Xavi, ya que aprecia la complicidad y el amor en que se basa su relación. Comparten muchas aficiones y actividades; entre ellas, el deporte y el cine. En un futuro quiere compartirlo todo con él: comer y cenar juntos, ver la tele…; en definitiva, compartir toda su vida. Además, tienen muy buen trato con sus respectivas familias, lo que hace que estas confíen en ellos y se fortalezca su relación.
Desde que la COVID-19 se instaló en nuestras vidas, Carlos ha visto en persona a Amparo solo en dos ocasiones en tres meses, mientras que Irene aprovecha las limitadas visitas familiares que tiene en la residencia de Xavi; hoy día hace tres semanas que no se ven, pero se hacen video llamadas a diario.
Sus historias de amor no se ven condicionadas por sus circunstancias clínicas. Lo único que les limita es la medicación, cuyo uso responsable, en cualquier caso, les permite tener la tranquilidad y la estabilidad que necesitan.
Respecto a la opinión que tiene la sociedad sobre sus relaciones sentimentales, tienen la sensación de que la gente, o bien las rechaza, o bien las convierte en cotilleo. Irene y Carlos defenderían sus respectivas relaciones refutando cada uno de los estigmas o prejuicios y evidenciando que solo son etiquetas o ideas infundadas. En resumen: «no te metas en mi vida».