La inclusión del ámbito social en la empresa
Las empresas son un agente importante de la sociedad y como tales deben contribuir al buen desarrollo de esta.
Primero de todo, debemos dejar claros dos conceptos que pueden resultar equívocos a la hora de hablar sobre la contribución de las empresas en las entidades sociales: la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la acción social empresarial.
Según el Informe del Foro de Expertos en Responsabilidad Social de las Empresas del Ministerio de Trabajo (2007), “La Responsabilidad Social de la Empresa es, además del cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes, la integración voluntaria en su gobierno y gestión, en su estrategia, políticas y procedimientos, de las preocupaciones sociales, laborales, medioambientales y de respeto a los derechos humanos que surgen de la relación y el diálogo transparentes con sus grupos de interés, responsabilizándose así de las consecuencias y los impactos que se derivan de sus acciones”.
“La Acción Social Empresarial es la estrategia sostenida de inversión en la comunidad que trata de alinear los objetivos empresariales con las necesidades sociales, ambientales y económicas de la comunidad en la que opera la empresa, con el fin de promover los intereses a largo plazo de la empresa y reforzar su reputación, al tiempo que se resuelven de forma efectiva las necesidades de la comunidad”.
Tras presentar ambas las definiciones, ha de quedar claro que esta última es una parte de la RSC y que en este artículo nos vamos a centrar en la acción social empresarial.
La acción social de las empresas
La acción social de las empresas no es algo que viene impuesto por la legalidad, sino que desde las empresas tiene que surgir ese sentimiento de responsabilidad hacia la sociedad, como una corresponsabilidad con las entidades públicas y las entidades sin ánimo de lucro.
Las empresas para estar en el mercado actual, no deben centrarse sólo en el desarrollo económico de su organización, sino también en el social. La aportación de valor social de una empresa hace que todos los agentes que pueden intervenir en esta (clientes, proveedores/as, empleados/as, competencia, Administración, accionistas, etc.), tengan una opinión positiva de la entidad y que a su vez, puedan sentirse partícipes de esa aportación a la sociedad. Por lo tanto se crea un hecho diferencial en el que la empresa adquiere valor social, reconocimiento, y en definitiva, un prestigio de marca, que le aporta una rentabilidad tanto económica como social.
¿Cómo pueden las empresas aportar valor social, en colaboración con entidades sociales sin ánimo de lucro?
Las empresas pueden colaborar con entidades, con fines sociales, sin ánimo de lucro de las siguientes maneras:
- Financiado proyectos: aportación económica de todo o parte de un proyecto o actividad.
- Voluntariado corporativo: los/as empleados/as de una empresa colaboran en el desarrollo de proyectos o actividades. Siendo la empresa la que con distintas vías involucre a sus empleados/as.
- Marketing con Causa: oferta de bienes/servicios cuyo beneficio o una parte revierte en la entidad social.
- Implicación de otros agentes: implicar a empleados/as y clientes/as para que realicen una aportación económica, que venga respaldada por la empresa.
- Eventos benéficos: financiando un evento benéfico donde toda la recaudación vaya a la entidad social.
El bienestar de la sociedad y las empresas, tiene que ir de la mano. Las empresas han de ser competitivas, pero tienen que ayudar al desarrollo social en todos sus aspectos ya que las empresas con una sociedad débil y empobrecida, no funcionan y viceversa.
Las empresas con su colaboración social a nivel económico, como con aportación de voluntarios/as contribuyen en la sociedad con acciones destinadas a actividades sociales, deportivas y culturales, al desarrollo humano y a la mejora del entorno social y medioambiental; sobre todo queremos hacer mención a colectivos tales como: personas ancianas, mujeres maltratadas, personas en riesgo de exclusión, personas con discapacidad, etc. Cada uno de estos grupos sociales puede precisar similares ayudas o diferentes, pero de lo que no cabe duda, es que la contribución, en calidad y cantidad, de las empresas es imprescindible, para que las entidades sin ánimo de lucro puedan continuar con su labor.
Por tanto, las empresas tienen que crear un valor económico y social, que les hará ser más competitivas y rentables a la vez que ayuden a resolver problemas sociales. Ya que, según JB Martínez (2011), el valor de la empresa es el valor del conjunto de elementos, materiales, inmateriales y humanos que integran o constituyen la empresa.
Coordinadora General DMEM