Otra realidad educativa

El centro de educación especial Balmes II somos una escuela concertada con el “Departament d’ Educació” y con convenio con el “Servei Català de la Salut”, dedicada a la atención  de alumnos de entre 3 y 20 años y que requiere una elevada intensidad de soporte educativo altamente cualificado.

Somos un equipo multidisciplinar que, desde una visión global de la persona, ofrece un entorno que facilite el mayor crecimiento y desarrollo personal y que proporcione experiencias de seguridad, estabilidad, autonomía y oportunidades de progreso a todo el mundo.

Una de las principales referencias en nuestro proyecto educativo es el concepto de Basale Stimulation. Es un concepto de intervención global con el objetivo de promover la comunicación, la interacción y el desarrollo, tomando como punto de partida cada una de las necesidades más básicas del ser humano. Concepto creado por el Prof. Dr. Andreas Fröhlich (1970).

Este concepto nos acompaña en la visión del niño/a como protagonista de su propio desarrollo, y la necesidad de unos principios en los que la escucha, el respeto y el acercamiento para poder entender y acompañar al alumno, son imprescindibles. Nuestro modelo de atención también se nutre de aportaciones de diferentes disciplinas y teorías: neurología, fisiología, enfermería, constructivismo, Montessori, psicología clínica, comunicación aumentativa y alternativa.

Lidia Sánchez, una maestra  de nuestro equipo, en su  trabajo final de grado, desarrolla esta visión a partir de su experiencia personal.

La educación es gran un reto y un mundo muy amplio. Puede que cuando pensamos en educación especial nos venga a la mente un alumnado con TEA, problemas de conducta, discapacidades… y nos cuesta imaginarnos  un alumnado con pluridiscapacidad y problemas graves de Salud. Alumnos con síndromes degenerativos y con una esperanza de vida limitada, que tienen el mismo derecho que todos nosotros a recibir una educación de calidad, que dé respuesta a sus necesidades y a su forma de percibir el mundo. Es por eso que mi primer día en la escuela, al encontrarme de frente con mis nuevos alumnos, me invadían las preguntas: ¿Cómo trabajaré con estos niños? ¿Cómo podré atender sus necesidades? ¿Emocionalmente podré lidiar con esta realidad? Día tras día fui obteniendo respuestas.

El ambiente espiritual que había dentro del aula era maravilloso, lleno de paz y serenidad. Una compañera me miró a los ojos y me dijo: “Estamos en la vida”. Puede parecer una frase obvia, pero con esto me quería decir que no tenemos que centrarnos únicamente en sus diagnósticos médicos y problemas de salud, simplemente que nosotros, igual que ellos, estamos en la vida, y es lo que tenemos que hacer, vivir. Vivir con dignidad, siendo dignos con nosotros mismos y con los demás. Las respuestas seguían llegando; todo ser humano tiene experiencias previas, y para educar es imprescindible partir de esas experiencias. Es cuando conocí el mundo de la Basale Stimulation y como este concepto daba respuesta a mi alumnado, y así poder ofrecerles propuestas educativas, para el desarrollo de  sus capacidades, seguridad, estabilidad, autonomía y oportunidades de crecimiento y desarrollo.

Lo que si tenemos claro es que dentro de la barriga de su madre vivieron unas experiencias previas que nosotros podemos seguir trabajando. Me quedé maravillada en la forma de ser maestra. Recuerdo como anotaba todo en la libreta; como cogerlos para hacer las transferencias, como funcionaba cada una de las sillas, como eran las crisis que sufren los alumnos, etc… Pero cada día los conocía mejor y me di cuenta que la comunicación va mucho más allá que las palabras. A través de su tono muscular, ritmo cardiaco, expresión facial, sonidos… he ido conociéndolos mejor, hasta el punto de saber las particularidades y gustos de cada uno de ellos. Nos comunicamos y eso es maravilloso. A veces, sincronizamos nuestra respiración y es cuando se produce el momento mágico de compenetración, conecto con mis alumnos y tanto ellos como yo nos sentimos mejor. Aprendemos cada día los unos de los otros, aunque creo, que yo soy más afortunada que ellos por poder compartir tantos momentos. Cada día aprendo cosas nuevas y me saco de la cabeza “problemas  del  primer mundo”. El momento presente. Si se sienten bien, están relajados, tranquilos, en paz y no importa nada más. También puede pasar que un simple moco produzca mucha angustia, pero una vez conseguimos sacarlo, volvemos a esa paz, ahora ya volvemos a estar bien. No importa el resto, importa solo el momento presente.

Sinceramente, nunca me hubiese imaginado ser maestra de esta forma. Sin embargo, hoy en día siento que estas experiencias me acompañarán toda  la vida, siendo parte de mi ser y de mi esencia, que la educación no tiene barreras. También he podido compartir el día a día con sus familias, familiares que han tenido que rehacer su mundo y su vida y que conocen y quieren a sus hijos independientemente de sus necesidades o circunstancias. Nunca me han reclamado el babero que se ha perdido, ni la bata que no encuentran, pero si te agradecen día a día el trabajo que haces y sientes lo importante que es para sus vidas, son las familias más agradecidas y amables con las que me he encontrado. Supongo que han aprendido, como nosotros, a valorar la vida de otra manera y a disfrutar de todos los momentos que se comparten, siempre desde el amor y la comprensión.

 Aulas de “Neptú y Júpiter”

CEE Balmes 2

(Institució Balmes)

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